Seguidores

viernes, 6 de junio de 2014

Un cinco.

Un cinco. Hoy era un gran día, se había levantado como todas las mañanas, cabreada, con sueño y con el pelo donde no debería estar, pero era un gran día. El café moría en la cafetera desde el viernes. Buena señal, había pasado el finde entero durmiendo. Durmiendo y sintiendo, lo que hacía unas perfectas 48 horas de sábado a domingo. Pero ya era jueves, los días en exámenes pasaban demasiado rápido para alguien que se martiriza por cada tema que estudia. Pero que no, ¡joder! Que hoy era un buen día. Hoy había encendido la radio, le daba igual la canción, el estilo o la emisora, hoy ella estaba feliz. Hacía tiempo que le daba miedo decir en voz alta algo tan, tan grande. Ella sabía que esas cosas no se pueden decir a la ligera, "soy feliz" se repetía. Desayunando, en la ducha, vistiendose, que sí, que lo era. Empezaba ese día un libro que se convertiría en uno de sus favoritos, a lo mejor porque se lo había regalado él, o a lo mejor porque todo lo que portara un "Literatura" de apellido le gustaba. Un zumo de naranja, hoy no necesitaba café, incluso si fuera un capuccino de los de aquel bar, tampoco lo necesitaba. No le convenía, pues ya estaba despierta, eso, feliz. Se había puesto lo primero del armario. Sí, porque últimamente había aprendido que ser diferente no implicaba adornos, ni "outfit" pensados al dedillo. Que si eras especial y tú y solo tú lo sabias, bastaba. "¿Para qué gustarle a los demás? si como mejor estas es sin Ropa".Él le decía. Aun así, daba la casualidad de que siempre elegía lo indicado. Mira por la ventana. Sonríe. Ha llegado. Da un último sorbo de su vaso, quiere Saber a naranja. Coge su bolso y baja corriendo por las escaleras. Está ahí, lo ve, lo tiene delante de sus ojos, le acaricia la cara, sí, lo era. Y.. no. Abre los ojos aturdida, con un dolo gigante dentro de ella. Todo mentira. Todo aire. La historia de amor más delirante, arriesgada y estremecedora que había tenido. Volver a la vida real fue lo más duro. Un insensible y maravilloso coma de tres meses. Quiso volver a cerrar los ojos, pero veía negro. Eso, solo negro.

1 comentario:

  1. Espectacular! Sencillamente increible!
    Qué suerte haberte encontrado por casualidad a eso de las 8 de la tarde. Y que asombroso que casi 5 horas después siga leyéndote :) disfruto mucho con tus publicaciones! Sigue así que has ganado un nuevo y fiel lector ;)
    Un saludo!
    http://viveynosobrevivas.blogspot.com.es/?m=1

    ResponderEliminar